domingo, septiembre 17, 2006


La Tierra, Nuestro Hogar


Naron, de la longeva raza rigeliana, era el cuarto de su estirpe que llevaba los anales galácticos. Tenía en su poder el gran libro que contenía la lista de las numerosas razas de todas las galaxias que habían adquirido el don de la inteligencia, y el libro, mucho menor, en el que figuraban las que habían llegado a la madurez y poseían méritos para formar parte de la Federacion Galáctica. En el primer libro habían tachado algunos nombres anotados anteriormente: los de las razas que, por el motivo que fuere, habían fracasado. La mala fortuna, las deficiencias bioquímicas o biofísicas, la falta de adaptación social se cobraban su tributo. Sin embargo, en el libro pequeño no había habido que tachar jamás ninguno de los nombres anotados. En aquel momento, Naron, enormemente corpulento e increíblemente anciano, levantaba la vista, notando que se acercaba un mensajero. -Naron -saludó el mensajero-.¡Gran señor! -Bueno, bueno, ¿qué hay? Menos ceremonias. -Otro grupo de organismos ha llegado a la madurez. -Estupendo. Estupendo. Actualmente ascienden muy aprisa. Apenas pasa año sin que llegue un grupo nuevo. ¿Quiénes son ésos? El mensajero dio el número clave de la galaxia y las coordenadas del mundo en cuestión. -Ah, sí -dijo Naron-. Lo conoco. -Y con buena letra cursiva anotó el dato en el primer libro, trasladando luego el nombre del planeta al segundo. Utilizaba, como de costumbre, el nombre bajo el cual era conocido el planeta por la fracción más numerosa de sus propios habitantes. Escribió, pues: La Tierra. -Estas criaturas nuevas -dijo luego- han establecido un récord. Ningún otro grupo ha pasado de la inteligencia a la madurez tan rápidamente. No será una equivocación, espero. - De ningún modo, señor - respondió el mensajero. - Han llegado al conocimiento de la energía termonuclear, ¿no es cierto? -Sí, señor. -Bien, ése es el requisito. -Naron soltaba una risita-. Sus naves sondearán pronto el espacio y se pondrán en contacto con la Federación. -En realidad, señor -dijo el mensajero con renuencia-, los Observadores nos comunican que todavía no han penetrado en el espacio. Naron quedó atónito. -¿Ni poco ni mucho? ¿No tienen siquiera una estación espacial? -Todavía mo, señor. -Pero si poseen la energía termonuclear,¿dónde realizan las pruebas y las explosiones? -En su propio planeta, señor. Naron se irguió en sus seis metros de estatura y tronó: -¿En su propio planeta? -Sí, señor. Con gesto pausado, Naron sacó la pluma y tachó con una raya la última anotación en el libro pequeño. Era un hecho sin precedentes; pero es que Naron era muy sabio y capaz de ver lo inevitable como nadie en la galaxia.
-¡Asnos estúpidos!- murmuró.


Fin. Comentario de Isaac: Me temo que éste es otro cuento con moraleja. Pero verán ustedes, el peligro nuclear escaló puntos cuando Estados Unidos y la Unión Soviética, cada uno por su parte, construyeron la bomba de fusión, o de hidrógeno. Yo volvía a sentirme amargado.

Asnos Estúpidos Isaac Asimov 1975 Compre Júpiter (Buy Jupiter) Traducción: Baldomero Porta para Ediciones Bruguera.1976 1986-98 Plaza & Janés.

Extraido de http://www.bauleros.org/asnos_asimov.html

viernes, septiembre 15, 2006


Gaze No More in the Bitter Glass ...

Algunas veces pienso que distinto sería todo si consiguieramos desprendernos de todos los prejuicios sociales que nos han inculcado desde pequeños ... ¿Saldría entonces toda el amor que llevamos dentro como un torrente? ¿Nos convertiriamos en el niño que siempre fuimos y al que siempre hicimos callar? Tal vez la paz en el mundo que tanto ansiamos empieza a construirse en nuestro interior, si fueramos capaces de mirarnos con los ojos de un niño ... sin guardar rencores absurdos, tan solo querernos sin poner condiciones, sin recelos. Criticando a los demás solo conseguimos empozoñar más nuestra mente. Juzgándonos a nosotros mismos herimos profundamente a nuestro niño interior. Valoremos todo lo positivo que hay dentro de nosotros mismos y en las personas que nos rodean y estaremos contribuyendo a construir un mundo mejor.
Recomiendo leer el libro Los Cuatro Acuerdos de Juan Miguel Ruiz



Beloved, gaze in thine own heart
The holy tree is growing there;
From joy the holy branches start
And all the trembling flowers they bear.
The changing colours of its fruit
Have dowered the stars with merry light;
The surety of its hidden root
Has planted quiet in the night;
The shaking of its leafy head
Has given the waves their melody.
And made my lips and music wed,
Murmuring a wizard song for thee,
There the Loves a circle go,
The flaming circle of our days,
Gyring, spiring to and fro
In those great ignorant leafy ways;
Remembering all that shaken hair
And how the winged sandals dart
Thine eyes grow full of tender care;
Beloved, gaze in thine own heart.
Gaze no more in the bitter glass
The demons, with their subtle guile,
Lift up before us when they pass,
Or only gaze a little while;
For there a fatal image grows
That the stormy night receives,
Roots half hidden under snows,
Broken boughs and blackened leaves.
For all things turn to bareness
In the dim glass the demons hold,
The glass of outer weariness,
Made when God slept in times of old.
There, through the broken branches, go
The ravens of unresting thought;
Flying, crying, to and fro,
Cruel claw and hungry throat,
Or else they stand and sniff the wind,
And shake their ragged wings: alas!
Thy tender eyes grow all unkind:
Gaze no more in the bitter glass.
Beloved, gaze in thine own heart,
The holy tree is growing there;
From joy the holy branches start,
And all the trembling flowers they bear.
Remembering all that shaken hair
And how the winged sandals dart,
Thine eyes grow full of tender care;
Beloved, gaze in thine own heart.


Music by Loreena McKennitt.
Words by William Butler Yeats

jueves, septiembre 07, 2006

Viaje a Noruega

Estas vacaciones estuve en Noruega. Viajé solo, con mi billete de interrail, la mochila y la tienda. Muchos me dijeron que viajar solo es un rollo, que te vas a aburrir, ... nada más lejos de la realidad: ha sido una experiencia increible. Viajar solo te da la oportunidad de relacionarte con gente interesante, vivir más intensamente el viaje, encontrarte a ti mismo. Si quieres hacer el viaje de tu vida y no sabes con quien o nadie se anima, planteate hacerlo solo. Al principio te dará miedo o pensarás que te vas a aburrir, atrevete y descubrirás el significado de la palabra libertad.

Pero el éxito del viaje depende mucho de la actitud que uno ponga. Para hacer un viaje de aventura es importante mantener una actitud positiva. Surgirán imprevistos, sorpresas algunas agradables y otras no tanto. El viaje te pone a prueba a cada momento y sólo de ti depende el ir superándolas. Descubrirás lo mejor y lo peor de ti mismo. Aprenderás a combatir tus miedos, a tener paciencia, a ser tolerante. Un viaje en solitario te enseña a vivir.

No quiero aburrir a los que me lean con una crónica detallada de mi aventura, ni poner todas las fotos que hice en el viaje. La mayor parte no hacen justicia a la belleza de los paisajes. Podeis ver las fotos pero yo recomiendo ir a esos lugares y descubrirlos uno mismo. Cada uno tiene una percepción diferente y seguro que yendo al mismo fjord, para ti será distinto que para mi. La belleza es algo muy personal y cada uno hace sus propias interpretaciones. Yo mismo si vuelvo a visitar los mismos lugares dentro de unos años no serán los mismos, igual que la cara de un glaciar cambia con el tiempo y si lo visitas dos veces será diferente. Las fotos son instantáneas de un lugar en un momento preciso y reflejan una inquietud o un estado de ánimo.

Tal vez, cuando uno piensa en Noruega, lo primero que viene a su mente son los flords. Yo pude navegar por dos fjords: Naerofjord y Geiranger. Navegar por el Naerofjord en una mañana tranquila y despejada fue para mi una experiencia irrepetible

Con mi amiga Eva antes de subir al barco


Con una amiga americana

Las ciudades de Noruega son tambien muy bonitas. Bergen tiene un encanto especial y cierto sabor a mar. Noruega es para mi un pais nacido de la unión del mar y la montaña, y no es difícil imaginarlo cuando uno piensa en esas inmensas lenguas de mar penetrando en la tierra que son los fjords. De esa unión nació un pais de contrastes donde puedes encontrar apacibles pueblos de pescadores, recorrer lagos y fjords rodeados de vegetación con pequeñas casitas de madera, ascender montañas de roca y hielo. La belleza te rodea por todas partes y nunca eres capaz de acostumbrarte, te mantienes constantemente en un estado de asombro.

Las ciudades que a mi más me gustaron de entre las que visité fueron Bergen y Trondheim. Hay otras ciudades que deben ser muy bonitas y que no pude visitar: Stavanger, Alesund, Lom... . Al final uno tiene que elegir, todo no se puede ver, pero tambien es bueno dejar algo por ver para otro posible viaje de regreso. Algunas fotos de Bergen ...



Trondheim ...

Noruega se derrama en el mar en forma de infinidad de islas. Navegar entre estas islas es adentrarse en un mundo de sensaciones. Algunas veces no sabes si lo que estás viendo es real o forma parte de un sueño. La sensación podría compararse a adentrarse dentro de un cuadro, la pregunta que uno se hace es ¿la belleza procede del paisaje o del espectador?





Pero sin lugar a dudas, las islas más apacibles son las Lofoten. Ubicadas por encima del Círculo Polar Artico, las islas Lofoten son una reserva natural y acogen a pintorescos pueblos de pescadores. Merece la pena pasar un tiempo en estas bellas islas. En el mes de Junio se puede ver el sol de medianoche. En el otoño e invierno, si uno tiene suerte, puede llegar a ver auroras boreales. Yo estuve en un pueblecito llamado A que está en el extremo meridional de las Lofoten. Caminando alrededor del lago, se puede respirar el silencio. Nada se mueve. El tiempo parece deternerse y llegas a escuchar tus propios pensamientos, solo interrumpidos por el graznido de las gaviotas que se escuchan en la lejania, comos procedente de un tiempo olvidado.











Reine es un pueblecito situado unos kilómetros al norte de A. Es más grande y no tan pintoresco como A pero el paisaje es espectacular. Se puede subir a un monte cerca desde donde se disfruta una impresionante panorámica del pueblo y los fjords que se adentran en las islas. El mar y la tierra se confunden y configuran un paisaje de gran belleza. Los accesos son difíciles en las islas Lofoten y a algunos pueblos como Vindstadt solo se puede acceder por barco (en el extremo del fjord). Las construcción de madera la utilizan en el invierno los pescadores para secar los peces.

Regresando a latitudes más meridionales, a la región de los espectaculares fjords, las puestas de sol eran indescriptibles. Las fotos no son capaces de describir tanta belleza. La primera foto corresponde a la puesta de sol en Loen, en el extremo del Nordfjord. La segunda foto fue tomada en Geiranger sobre el fjord que lleva su nombre.

Desde Loen asciende un camino que conduce a la cima del Skola. Poco a poco la vegetación va desapareciendo y te adentras en un mundo de roca y hielo. En la cima, a 1808 m de altura, hay un refugio muy bien equipado. Pernoctar en el refugio es toda una experiencia, especialmente en solitario. El viento aullaba en el exterior, la niebla era densa y hacía frio. Cortar leña para calentar el refugio, aprender noruego, cocinar y hacer fotos fueron mis distracciones en aquella tarde/noche que no fue tan larga. La espera mereció la pena porque al día siguiente disfruté de unas vistas espectaculares desde la cima ... y no apareció por allí ningún troll.




Desde Loen tuve la oportunidad de ver un glaciar de cerca. Una de las lenguas del Jostaldebreen está a escasos 20 km de esa población. La vista del glaciar al aproximarnos era impresionante, pero una vez llegabas hasta su proximidad te encontrabas con una pared de hielo que te doblaba en altura. Merece mucho la pena, si alguna vez vas por allí, haz todo lo posible por llegar al glaciar.



Este viaje ha sido una experiencia increible, pero no habría sido posible sin las maravillosas personas que fui encontrando en el camino que me ayudaron a seguir adelante y me brindaron su compañía y amistad. Quiero agradecer especialmente el apoyo de Eva para superar algunas dolencias musculares y por compartir aquella fantástica travesía en Kajak a través del Naerofjord. a Aris por los momentos compartidos en Bergen, Trondheim y también en las Lofoten. A la pareja de encantadores holandeses que me llevaron en coche hasta el glaciar y despues a Hellesylt, fue un gesto que no olvidaré. A Ian Walker y Lori Droste por aquel maravilloso día en Geiranger, sin ellos no habría sido lo mismo. A Ian por aparecer repentinamente en Estocolmo al final del viaje, por invitarme a ir a Canada (no se me olvidó eh?) y por ser tan excelente persona. A Paula y Luana porque no olvidaré los ratos que pasamos juntos en los trenes. A Raquel y Tiscar por su agradable compañía en Estocolmo. A Aida, Lidia y amigos por acogerme en aquella cabaña en A y por los mágicos momentos que vivimos viendo las auroras boreales. A Tor Magne Berg por compartir conmigo sus conocimientos sobre cultura y lengua sami. A Julia y Antonia por ser tan guapas y estar en aquel tren a Kiruna. Bueno y a todos los amigos que se han ido cruzando en mi camino y que me han aportado siempre algo, a todos os doy las gracias.