Viaje a Noruega
Estas vacaciones estuve en Noruega. Viajé solo, con mi billete de interrail, la mochila y la tienda. Muchos me dijeron que viajar solo es un rollo, que te vas a aburrir, ... nada más lejos de la realidad: ha sido una experiencia increible. Viajar solo te da la oportunidad de relacionarte con gente interesante, vivir más intensamente el viaje, encontrarte a ti mismo. Si quieres hacer el viaje de tu vida y no sabes con quien o nadie se anima, planteate hacerlo solo. Al principio te dará miedo o pensarás que te vas a aburrir, atrevete y descubrirás el significado de la palabra libertad.
Pero el éxito del viaje depende mucho de la actitud que uno ponga. Para hacer un viaje de aventura es importante mantener una actitud positiva. Surgirán imprevistos, sorpresas algunas agradables y otras no tanto. El viaje te pone a prueba a cada momento y sólo de ti depende el ir superándolas. Descubrirás lo mejor y lo peor de ti mismo. Aprenderás a combatir tus miedos, a tener paciencia, a ser tolerante. Un viaje en solitario te enseña a vivir.
No quiero aburrir a los que me lean con una crónica detallada de mi aventura, ni poner todas las fotos que hice en el viaje. La mayor parte no hacen justicia a la belleza de los paisajes. Podeis ver las fotos pero yo recomiendo ir a esos lugares y descubrirlos uno mismo. Cada uno tiene una percepción diferente y seguro que yendo al mismo fjord, para ti será distinto que para mi. La belleza es algo muy personal y cada uno hace sus propias interpretaciones. Yo mismo si vuelvo a visitar los mismos lugares dentro de unos años no serán los mismos, igual que la cara de un glaciar cambia con el tiempo y si lo visitas dos veces será diferente. Las fotos son instantáneas de un lugar en un momento preciso y reflejan una inquietud o un estado de ánimo.
Con mi amiga Eva antes de subir al barco
Con una amiga americana
Las ciudades de Noruega son tambien muy bonitas. Bergen tiene un encanto especial y cierto sabor a mar. Noruega es para mi un pais nacido de la unión del mar y la montaña, y no es difícil imaginarlo cuando uno piensa en esas inmensas lenguas de mar penetrando en la tierra que son los fjords. De esa unión nació un pais de contrastes donde puedes encontrar apacibles pueblos de pescadores, recorrer lagos y fjords rodeados de vegetación con pequeñas casitas de madera, ascender montañas de roca y hielo. La belleza te rodea por todas partes y nunca eres capaz de acostumbrarte, te mantienes constantemente en un estado de asombro.
Las ciudades que a mi más me gustaron de entre las que visité fueron Bergen y Trondheim. Hay otras ciudades que deben ser muy bonitas y que no pude visitar: Stavanger, Alesund, Lom... . Al final uno tiene que elegir, todo no se puede ver, pero tambien es bueno dejar algo por ver para otro posible viaje de regreso. Algunas fotos de Bergen ...
Trondheim ...
Noruega se derrama en el mar en forma de infinidad de islas. Navegar entre estas islas es adentrarse en un mundo de sensaciones. Algunas veces no sabes si lo que estás viendo es real o forma parte de un sueño. La sensación podría compararse a adentrarse dentro de un cuadro, la pregunta que uno se hace es ¿la belleza procede del paisaje o del espectador?
Pero sin lugar a dudas, las islas más apacibles son las Lofoten. Ubicadas por encima del Círculo Polar Artico, las islas Lofoten son una reserva natural y acogen a pintorescos pueblos de pescadores. Merece la pena pasar un tiempo en estas bellas islas. En el mes de Junio se puede ver el sol de medianoche. En el otoño e invierno, si uno tiene suerte, puede llegar a ver auroras boreales. Yo estuve en un pueblecito llamado A que está en el extremo meridional de las Lofoten. Caminando alrededor del lago, se puede respirar el silencio. Nada se mueve. El tiempo parece deternerse y llegas a escuchar tus propios pensamientos, solo interrumpidos por el graznido de las gaviotas que se escuchan en la lejania, comos procedente de un tiempo olvidado.
Reine es un pueblecito situado unos kilómetros al norte de A. Es más grande y no tan pintoresco como A pero el paisaje es espectacular. Se puede subir a un monte cerca desde donde se disfruta una impresionante panorámica del pueblo y los fjords que se adentran en las islas. El mar y la tierra se confunden y configuran un paisaje de gran belleza. Los accesos son difíciles en las islas Lofoten y a algunos pueblos como Vindstadt solo se puede acceder por barco (en el extremo del fjord). Las construcción de madera la utilizan en el invierno los pescadores para secar los peces.
Regresando a latitudes más meridionales, a la región de los espectaculares fjords, las puestas de sol eran indescriptibles. Las fotos no son capaces de describir tanta belleza. La primera foto corresponde a la puesta de sol en Loen, en el extremo del Nordfjord. La segunda foto fue tomada en Geiranger sobre el fjord que lleva su nombre.
Desde Loen asciende un camino que conduce a la cima del Skola. Poco a poco la vegetación va desapareciendo y te adentras en un mundo de roca y hielo. En la cima, a 1808 m de altura, hay un refugio muy bien equipado. Pernoctar en el refugio es toda una experiencia, especialmente en solitario. El viento aullaba en el exterior, la niebla era densa y hacía frio. Cortar leña para calentar el refugio, aprender noruego, cocinar y hacer fotos fueron mis distracciones en aquella tarde/noche que no fue tan larga. La espera mereció la pena porque al día siguiente disfruté de unas vistas espectaculares desde la cima ... y no apareció por allí ningún troll.
Desde Loen tuve la oportunidad de ver un glaciar de cerca. Una de las lenguas del Jostaldebreen está a escasos 20 km de esa población. La vista del glaciar al aproximarnos era impresionante, pero una vez llegabas hasta su proximidad te encontrabas con una pared de hielo que te doblaba en altura. Merece mucho la pena, si alguna vez vas por allí, haz todo lo posible por llegar al glaciar.
Este viaje ha sido una experiencia increible, pero no habría sido posible sin las maravillosas personas que fui encontrando en el camino que me ayudaron a seguir adelante y me brindaron su compañía y amistad. Quiero agradecer especialmente el apoyo de Eva para superar algunas dolencias musculares y por compartir aquella fantástica travesía en Kajak a través del Naerofjord. a Aris por los momentos compartidos en Bergen, Trondheim y también en las Lofoten. A la pareja de encantadores holandeses que me llevaron en coche hasta el glaciar y despues a Hellesylt, fue un gesto que no olvidaré. A Ian Walker y Lori Droste por aquel maravilloso día en Geiranger, sin ellos no habría sido lo mismo. A Ian por aparecer repentinamente en Estocolmo al final del viaje, por invitarme a ir a Canada (no se me olvidó eh?) y por ser tan excelente persona. A Paula y Luana porque no olvidaré los ratos que pasamos juntos en los trenes. A Raquel y Tiscar por su agradable compañía en Estocolmo. A Aida, Lidia y amigos por acogerme en aquella cabaña en A y por los mágicos momentos que vivimos viendo las auroras boreales. A Tor Magne Berg por compartir conmigo sus conocimientos sobre cultura y lengua sami. A Julia y Antonia por ser tan guapas y estar en aquel tren a Kiruna. Bueno y a todos los amigos que se han ido cruzando en mi camino y que me han aportado siempre algo, a todos os doy las gracias.
6 comentarios:
Mi Prometeo! Pero qué blog más bonito te has hecho! Si tienes cualquier duda, dime, que yo también lo hago con Blogger. Preciosas las fotos! Besos
Gracias Luana, yo tambien echo de menos andar por esas tierras, pero cada vez que miro las fotos es como si regresara con la imaginación.
(Además, yo tengo que volver por el mapa y la comida que me dejé en Trondheim ...)
Que maravilla, que sensación de libertad producen los paisajes que has fotografiado.... y sí, hay que ir hasta allí y volver con la mirada llena de tanta belleza, con ello se sobrevive a la monotonía de los 11 meses de trabajo. Gracias por ello. Bego.
Bellas imágenes prometeo, es muy agradable navegar por tu blog, el tema que has usado me gusta mucho, seguiré leyéndote y viendo esas magnificas fotos que pones.
Saludos,
Ray
Gracias Ray
Gracias Ray
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